El archivo nació en 1977, de la necesidad de almacenar los materiales etnográficos que se iban generando a a partir de los trabajos de investigación que realizaban los alumnos en el marco del Departamento. Para racionalizar estatarea, a partir del curso 80-81 se elaboraron una serie guías de trabajo que pudieran facilitar la tarea de aquello que todavía no estaban formados en los métodos y técnicas de campo. Las guías eran instrumentos indispensables para organizar sistematicamente las campañas de recojida de datos y clasificar los materiales provinientes de fuentes diversas y de personas que trebajaban materiales similares. En principio la recojida se hacia guiada por el sentido común, hasta que en el año 1993 la Generalitat de Catalunya nos concedió el proyecto de documentación que derivó en la confección de un catálogo informatizado de materiales generales y otro en 1995 para la catalogación de las historias de vida que muchos trabajos contenían. Este proyecto entre otras cosas permitió un conocimiento de los materiales depositados para facilitar su consulta, en principio restringida a los investigadores miembros del Departamento. Pudimos hacer este trabajo de documentación y catalogación que desde algunos años que se habían dejado de utilizar las guías de trabajo, por lo tanto las investigaciones ya no se incluían de manera colectiva dentro de ningún gran línea de investigación.
El Campus Cataluña (sede a la cual se trasladó el departamento en 2009) nos ha supuesto un cambio de ubicación cualitativo en muchos aspectos y con respecto al Archivo de Etnografía de Cataluña un salto importantísimo ya que estamos seis niveles por encima de lo que estábamos, tenemos luz natural y un espacio limpio y polivalente. El traslado de los materiales supuso también un importante trabajo de ordenación y catalogación de la que se han encargado Neus Jávega, Judit Gamundi, Gemma Miguel y Carmen Sanjurjo, siempre con la ayuda imprescindible del técnico Pedro Marta. Su trabajo ha consistido en re-colocar cada trabajo en carpetas nuevas, extrayendo los elementos de encuadernación que podían dañarlo, y posteriormente etiquetaron a partir del catálogo existente que se había realizado años atrás.
En cuanto a las fotografías, a partir de las primeras tareas de extracción del material y catalogación previa, se vio la importancia de crear un fondo fotográfico a partir de las fotos que se incorporaban a los trabajos. Evidentemente, la mayor parte de fotografías no tienen la composición artística especial del fotógrafo profesional, sino el momento que captaron que exalta la máxima del antropólogo: "Estuve allí". Son imágenes cotidianas, de espacios naturales algunos hoy desaparecidos, de oficios inexistentes actualmente, fiestas y tradiciones, ermitas y rituales ... en definitiva, sobrevivientes, que evocan a unas formas de vida de un pasado que a pesar de parecernos próximo va desapareciendo al ritmo de los procesos globales y cambiantes que marcan la inercia del motor de las sociedades actuales. El fondo fotográfico está formado de casi 3000 fotografías que fueron catalogadas de acuerdo con los grandes temas establecidos para la catalogación de los trabajos. Cada fotografía guarda el número del trabajo de referencia y cada una contiene la información que aparecía en su ubicación inicial.